En su momento el agresor fue acusado de accidente imprudencial y crimen pasional
Fredy Martín Pérez.
El 4 de julio del 2018 por la noche, tres días después del proceso electoral, Karla Yessenia Gómez Velasco fue asesinada violentamente en una casa de la colonia Francisco I. Madero, en el norte de Tuxtla Gutiérrez. Después de golpearla brutalmente, el presunto feminicida la arrolló con un vehículo para simular que había sido atropellada.
Próximo a cumplir seis años del feminicidio, Maricruz Velasco, madre de la joven estudiante de derecho, que en enero del 2018 llegó a prestar su servicio social en el Congreso de Chiapas, en la oficina del entonces diputado del PVEM, Carlos Penagos, fue contratada en el mes de mayo por el legislador, que buscaba ser alcalde de Tuxtla Gutiérrez, para que se incorporara en su equipo de campaña.
Cuando Karla le dijo a sus padres Maricruz Velasco y Manuel Gómez que había concluido su trabajo social en el Congreso, pero que el diputado le había dicho que se sumara a su equipo de trabajo, dudaron en dar su aprobación. “No estoy de acuerdo. Vas a descuidar mucho tus estudios. Acuérdate que ya te falta poco para terminar tus estudios”, le dijeron.
La joven que le faltaba un año para concluir sus estudios universitarios para graduarse como abogada, insistió: “No papi, por favor dame oportunidad de entrar a trabajar. Dame la oportunidad de colaborar”. Solo así sus padres aprobaron que trabajara con el diputado.
Más tarde sus padres conversaron: “Hablé con mi esposa y pensamos que algo podía desarrollarse más mi hija, porque llevaba la carrera de Derecho. Ella decía: Voy ser abogada penalista”.
Durante dos meses, Karla llegó sin ningún contratiempo a la casa de sus padres, en un vehículo que conducía Marvin Eduardo Escobedo Figueroa, hombre de confianza de Penagos, hasta que el 3 de julio, después de haber entregado los enseres que tenía bajo su resguardo en la casa de campaña en la colonia Moctezuma, la invitan a comer a La palapa de mi mamá, cerca de la casa de sus padres. “Pero ese día jamás regresó a la casa”, cuenta Maricruz Velasco.
A la comida, va Marvin y dos mujeres más, las hermanas Laura y Adel Vázquez Coutiño. Lo que Maricruz y Manuel saben es que al salir del restaurante, su hija la llevan a una casa ubicada en una calle privada de la colonia Francisco I. Madero, en las inmediaciones del Zoológico Manuel Álvarez del Toro.
Al caer la noche, los padres de la joven hicieron varias llamadas al teléfono de su hija, pero estaba apagado. Se les ocurrió llamar a las hermanas Vázquez Coutiño, pero daban datos falsos. “Entonces yo empecé a decirle a mi esposo: aquí hay algo raro”. Esa noche del 3 de julio y madrugada del 4 de julio, Maricruz y Manuel no durmieron por la preocupación. Karla nunca había faltado a casa.
Fue hasta las 16:00 horas, que unos policías que son vecinos de la pareja, comentaron que habían encontrado una chica sin vida en una calle, de la colonia Francisco I. Madero. Maricruz dudó, pero su esposo si reconoció a su hija.
Maricruz dio otra mirada al teléfono y confirmo que si era Karla. “Yo vi que mi hija estaba tirada, para nunca me imaginé que estuviera muerta. Yo les pregunto: ¿Y dónde está?, pensando que me iban a decir en un hospital, pero me mencionan que estaba en el Semefo. Entonces ahí totalmente me quedé muda, ciega, no se imaginan el dolor”, explica.
A los pocos minutos, estaban en el Semefo, donde Maricruz pudo confirmar que sí era su hija la que estaba ahí. “Mi hija le dieron una arrastrada… arrancaron el cabello. Estaba totalmente lastimada, moreteada. Le tiraron dos uñas, porque es donde forcejó. Tenía las rodillas raspadas…”. A 30 metros de la puerta de la vivienda, Marvin arrolló a la joven con su automóvil, para simular un accidente.
Los vecinos escucharon esa madrugada los gritos de una joven mujer, pero creían que se trataba de un problema interfamiliar. Llamaron al 911, pero cuando llegó la Policía a la colonia, no encontró la casa.
Pero mientras hacían los trámites para recuperar el cuerpo, supieron estaba próximo a ser trasladado a una funeraria, con la intención de cremarlo. Hasta ahora, los padres de Karla desconocen quién había dado la orden para proceder a cremar el cuerpo de su hija.
Días después, Marvin fue detenido, pero fue acusado de accidente imprudencial y crimen pasional, lo que irritó a la familia de Karla. Buscaron otras instancias hasta que el delito fue reclasificado como homicidio doloso, por lo que fue sentenciado a 11 años de prisión.
En diciembre pasado, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ordenó reabrir el caso de Karla, para que el detenido sea juzgado por el delito de feminicidio, conforme a los criterios de perspectiva de género. Marvin lleva seis años detenido, pero de no haber sido por la votación de los Magistrados, le faltarían dos más para dejar la prisión.
“Votaron por unanimidad los Ministros y regresan el caso. Pidieron que se reabra bajo perspectiva de género y ordenan que se reclasifique el delito”, explica Maricruz.
A seis años del feminicidio, la madre de Karla revela que el día que mataron a su hija, ella también murió. “Yo me morí totalmente con mi hija. Me enterré junto con mi hija. Después de que te asesinan a un hijo, una hija, ya no es lo mismo. Se te acaban las ganas de vivir. Desde que asesinaron a mi hija me quitaron el miedo y no porque me lleguen a amenazar a mi casa voy a dejar esto”.