Ciudad de México.- Expertas en economía y derechos sociales de las mujeres coincidieron en que el hecho de que haya más beneficiarias mujeres que hombres en el programa “Jóvenes Construyendo el Futuro” no es producto de una política con perspectiva de género sino de que en México hay más mujeres pobres y en desempleo.
La directora ejecutiva de la organización Simetría, Liliana Ruiz Ortega, y la economista Carmen Ponce Meléndez, quienes fueron entrevistadas por Cimacnoticias a propósito de la nueva política para la igualdad del gobierno federal coincidieron que si bien la plantilla de beneficiarias está integrada por más mujeres que hombres, esto no quiere decir que “Jóvenes Construyendo el futuro” sea una política con perspectiva de género.
Entre las personas beneficiadas de “Jóvenes construyendo el futuro”, uno de los programas prioritarios de la administración de Andrés Manuel López Obrador, hay 58.3 por ciento mujeres y 41.7 por ciento de hombres, según los datos públicos de su página oficial.
De acuerdo con un análisis estadístico de Simetría, en México hay 4 millones 841 mil 172 mujeres que no trabajan ni estudian, lo que las convierte en potenciales beneficiarias del programa. En el caso de los hombres, sólo habría un millón 74 mil 591 de potenciales beneficiarios porque no trabajan ni estudian.
Bajo este contexto, el programa sólo logra beneficiar a 6.4 por ciento del total de mujeres que lo necesitan, mientras beneficia al 20.3 por ciento de los hombres en esta situación. Esto significa una brecha de 8.9 por ciento en detrimento de las mujeres.
Para la directora ejecutiva de Simetría, Liliana Ruiz Ortega, esta brecha se generó porque el programa no contempla ninguna acción afirmativa para facilitarle el acceso a las mujeres; por ejemplo, es más complicado que ellas asistan a las capacitaciones (como marcan los lineamientos) porque se trata de mujeres que realizan algún cuidado en su hogar. El programa no está diseñado para disminuir esas barreras y no tiene ninguna acción que diferencie la condición de vida de las mujeres con estrategias para resolverlas.
La ausencia de una perspectiva de género en éste y otros programas prioritarios de la actual administración es consecuencia de una mala planeación, ya que el Plan Nacional de Desarrollo y el Programa Nacional para la Igualdad entre Mujeres y Hombres 2020-2024 (que se publicó con dos años de retraso el pasado 22 de diciembre) también carecen de este enfoque que –de acuerdo con la Ley de Planeación– debe garantizar toda la administración federal, explicó Liliana Ruiz Ortega.
La también maestra en Políticas Públicas detalló que “Jóvenes Construyendo el Futuro” y los otros programas prioritarios de este gobierno, podrían resultar adversos al adelanto de las mujeres porque, aún sin acciones específicas con perspectiva de género, convertido también en las prioridades presupuestarias al gozar de más recursos que otros.
En el Anexo 13 (para la igualdad entre mujeres y hombres) del Presupuesto de Egresos de la Federación del ejercicio fiscal 2021, “Jóvenes Construyendo el Futuro” logró un presupuesto federal de 9 mil 942 millones 652 mil 330 pesos, lo que representa 7.7 por ciento del recurso total destinado a este Anexo.
El Congreso federal admitió este presupuesto para “Jóvenes Construyendo el Futuro” en el Anexo 13 para 2021 a pesar de que no está sustentado en un diagnóstico o evaluación que identifique cómo afecta de manera diferenciada cada problemática para el acceso de las mujeres a los bienes y recursos públicos
“Están dando por hecho que estos programas prioritarios van a disminuir las brechas de género y no necesariamente es cierto, ya que no incluyen acciones afirmativas para resolver las problemáticas de género”, precisó.
Por su parte, la economista Carmen Ponce Meléndez explicó que este programa está feminizado porque las mujeres son más pobres que los hombres y acuden a ellos por necesidad pero no porque tengan perspectiva de género ni porque le ofrezca a las mujeres mayores posibilidades que a los hombres.
“El programa no es malo pero tiene un efecto adverso muy importante”, detalló la también integrante del Observatorio Laboral, ya que se ha documentado que la mayoría de las mujeres en condición de pobreza que podrían acceder a este programa son madres pero esta política no les ofrece servicio de guardería.
Otro efecto adverso de este programa es que muchas de las jóvenes que se suman a “Jóvenes Construyendo el Futuro” están abandonando la escuela en nivel superior y medio superior frente una expectativa de trabajo temporal y de bajo sueldo, que es lo que ofrece el programa.
De acuerdo con Ponce Melendez, la oferta laboral de este programa es tan precario que el Instituto Mexicano del Seguro Social no aceptó integrar a las beneficiarias bajo un régimen de salario, porque lo que perciben de ingreso no alcanza para que se reconozca como tal sino una beca.
A esto se suma, de acuerdo con la experta, que el programa funciona bajo la expectativa de que una empresa requiere contratar nuevo personal; no obstante, esta expectativa se ha reducido frente al nuevo contexto económico que trajo la pandemia por COVID-19.
Para Ponce Meléndez, un ejemplo de perspectiva de género en un programa como “Jóvenes Construyendo el Futuro” es brindar a las mujeres la posibilidad de una guardería; y la inversión gubernamental para apoyar el mercado de trabajo para las mujeres.
Programas sociales insignia, lo nuevo en la política de igualdad
Tanto el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, como la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y la titular del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Nadine Gasmán Zylbermann, han defendido públicamente que la política de igualdad de este gobierno se demuestra en sus programas sociales “insignia”, toda vez que han conseguido mayor número de beneficiarias mujeres.
Por ejemplo, cuando se anunció en julio pasado que el Inmujeres sufriría un recorte del 75 por ciento a su presupuesto operativo, Nadine Gasman argumentó que la reasignación del presupuesto no afectará los programas sociales ni proyectos enfocados a mujeres en condición de vulnerabilidad, ya que “el Gobierno de México está otorgando un gran número de créditos enfocados a mujeres, por primera vez en la historia se están dando créditos a trabajadoras del hogar, a pequeñas empresarias que son las que más están sufriendo en este momento”.
La visión de Gasman (que ha sido compartida por toda la administración federal) de alcanzar la igualdad a través de estos programas prioritarios quedó formalizada en el recién publicado Proigualdad.
De manera inédita, el documento oficial del Proigualdad 2020-2024 refiere los programas sociales prioritarios del gobierno actual (como Becas Familiares para el Bienestar; Tandas para el Bienestar; Programa Jóvenes Construyendo Futuro, entre otros) como “potenciadores” de los objetivos estratégicos para lograr la igualdad.
21/AJSE/ LGL