En la celebración destaca el relevo generacional de sus tropas

El EZLN anunció que la base de la nueva etapa del zapatismo, será la “no propiedad” de la tierra, es decir, el establecimiento de extensiones de tierra recuperada “como del común” en las que no existan comisariados, ni agentes, ni empresas, ni autoridades ejidales, ni estatales; “Tierra común. Tierra de nadie”.

Ocosingo, Chis. 1 Enero.- El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), festejó el 30 aniversario del alzamiento armado, al que llegaron miles de bases de apoyo de las regiones donde mantiene presencia, además de colectivos y organizaciones anti sistémicas de México y una veintena de países, principalmente de Europa. En la conmemoración destacó el relevo generacional de sus tropas.

En la celebración, el EZLN anunció que la base de la nueva etapa del zapatismo, será la “no propiedad” de la tierra, es decir, el establecimiento de extensiones de tierra recuperada “como del común” en las que no existan comisariados, ni agentes, ni empresas, ni autoridades ejidales, ni estatales; “Tierra común. Tierra de nadie”.

“Son dos cosas lo que está aquí, la propiedad debe de ser del pueblo y común y el pueblo se tiene que gobernar en si mismo”, indicó el jefe zapatista.

Rodeado de la comandancia general indígena y del capitán insurgente Marcos, Moisés agregó: “Nosotros decimos, no se puede humanizar el capitalismo; no va a decir el capitalismo: me rindo de explotar. Lo que se necesita es pensar en cómo cambiar esto y nadie nos va a decir, somos nosotros mujeres y hombres, y por eso nosotros vamos a seguir ese camino y nos vamos a defender, vamos a seguir, vamos a demostrar. No necesitamos matar a los soldados y a los malos gobiernos, pero si vienen, nos vamos a defender”.

Cerca de la media noche, los zapatistas hicieron el pronunciamiento final del 30 aniversario de lo que han llamado “el levantamiento armado contra el olvido, contra la muerte y la destrucción”. Una nueva generación de milicianos y milicianas formaron columnas y desfilaron en la explanada del caracol localizado en una de las siete cañadas del de Ocosingo, uno de los municipios en los que irrumpió la madrugada del primero de enero de 1994.

En el templete principal, los protagonistas fueron “los ausentes” de este país. Los zapatistas colocaron sillas con las leyendas de los desaparecidos, desaparecidas , feminicidios; presos políticos, infanticidios, jóvenes reclutados forzosamente por el crimen organizado; jóvenes asesinados.

A la comunidad Dolores Hidalgo, enclavada en una de las siete cañadas de Ocosingo, llegaron la organización “Pueblos Unidos” que defienden el agua de la región de Los Volcanes, en Puebla; mayas que se oponen al tren recién inaugurado en la península de Yucatán; purépechas de Cherán; otomís del Estado de México, entre otros pueblos organizados en el Congreso Nacional Indígena que comparten el espacio con sindicalistas estadounidenses, franceses y españoles, activistas alemanas, representantes de Grecia, Bélgica, Corea, Finlandia y diversos países de América Latina.

Moisés dijo que los zapatistas no están buscando que se les haga un museo. “No necesitamos que nos vengan a dar un taller político de cómo está el sistema. Se ve como está el sistema capitalista. Quienes no quieren ver?, será su responsabilidad.

“Lo demostramos hace 30 años; el pueblo es el que tiene que saber gobernarse. Pero para eso, se necesita organización, hacer en los hechos, organicémonos en cada geografía y cada quien en su calendario, porque nadie va luchar en donde viven”.

Los festejos del 30 aniversario, iniciaron el 30 de diciembre y continuaron por la mañana y tarde del primero de enero. Las nuevas generaciones de mujeres y hombres, fueron los protagonistas de las jornadas culturales; organizaron obras de teatro,bailes, donde los jóvenes zapatistas rechazaron nuevamente los megaproyectos del gobierno de México, como el Tren Maya, el tren transismico, entre otros.

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