Surya Palacios
Ya están desclasificados los cables en los que el espionaje de EEUU analizó, hace 30 años, a la guerrilla, al gobierno y al Ejército mexicano.
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que se levantó en armas en el estado de Chiapas, un día como hoy hace 30 años, era considerado por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA por sus siglas en inglés) como un grupo guerrillero medianamente armado, constituido por unos 5,000 integrantes que, en realidad, no representaban una verdadera amenaza militar para el Ejército mexicano.
Decenas de cables de la CIA ya desclasificados, cuya copia posee ALTO NIVEL, revelan que -para el espionaje estadounidense- el EZLN no era un problema bélico, sino un conflicto político que podía compararse con la situación que vivió Guatemala en los años ochenta.
“Incluso con 5,000 combatientes armados, el EZLN no es una amenaza para el Ejército de México. El problema es mucho más político que militar”, apunta un análisis de la CIA elaborado en 1994.
Por ejemplo, continúa el cable, el Ejército de Guatemala se habría enfrentado “a una fuerza insurgente de similar tamaño por parte de la URNG (Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca) entre 1980 y 1981, y fue capaz de derrotarlos y aislarlos reduciendo sus números a unas cuantas pequeñas áreas del país”.
El problema es que esa fue “una lucha sangrienta con altos costos políticos para el gobierno guatemalteco”, que podía repetirse entonces en nuestro país: “México enfrenta un dilema similar,ellos pueden derrotar al EZLN, pero el combate podría ser sangriento con altos costos políticos”, precisa el documento en el que se omiten las fuentes que en aquel año proporcionaban información a la CIA.
Este cable, que fue enviado al Departamento de Defensa estadounidense, agrega que el Ejército de Guatemala estaba preparando planes de contingencia en la frontera con México, aunque en ese momento las unidades castrenses guatemaltecas “no habían detectado presencia del EZLN” en las poblaciones mexicanas aledañas al país centroamericano.
No obstante, adelantaba la CIA, “si alguna fuerza armada del EZLN cruza hacia Guatemala ellos serán combatidos” por el Ejército de ese país, aunque esto preocupaba a los autores de estos planes.
Origen de las armas rebeldes
En la madrugada del 1 de enero de 1994 el EZLN tomó las cabeceras de los municipios chiapanecos de San Cristóbal de las Casas, Altamirano, Las Margaritas, Ocosingo y Comitán. En algunos de esos enfrentamientos armados destacaron las imágenes de milicianos indígenas que portaban rifles de madera con los que no se podía disparar.
El tema de las armas que poseía la guerrilla también fue abordado por la CIA, destacándose un cable elaborado meses después de que el presidente Carlos Salinas de Gortari ordenara al Ejército un alto al fuego, lo que ocurrió el 12 de enero de aquel año.
Según la agencia de Estados Unidos, el armamento de los zapatistas consistía en fusiles AK-47 y M-16, adquiridos a través de contrabando provenientes del Frente Sandinista de Liberación Nacional de Nicaragua (FSLN), de las guerrillas de Guatemala, y del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador.
De acuerdo con el reporte desclasificado, el Ejército Zapatista aprovechó el cese al fuego para armarse mejor, en contraste con el “pobre armamento visto cuando apareció por primera vez”, ya que -con el fin de las hostilidades armadas por parte del Ejército mexicano- “se cedió al EZLN el control completo de una amplia área” del territorio de Chiapas.
De su lado, los guerrilleros aseguraban que su movimiento no recibía “ayuda alguna de gobiernos, personas u organizaciones extranjeras”, además de que negaban cualquier relación “con el narcotráfico o con el terrorismo nacionales e internacionales”.
Cabe aclarar que los informes de la CIA sobre la procedencia de las armas que hace tres décadas poseía el EZLN no son hechos probados, al tratarse de pertrechos cuya compra y posesión es ilícita, por lo que también pudieron haberse comprado en Estados Unidos junto con otros suministros, como los equipos de comunicación que utilizaba el subcomandante Marcos.
Adicionalmente, en los primeros días de aquel enero de hace seis lustros, y en los dos años subsecuentes, la mayoría de los milicianos rebeldes iban armados con rifles de caza de bajo poder. Salvo el grupo compacto que custodiaba a Marcos, que sí ostentaba armas de grueso calibre, la fuerza militar del EZLN siempre fue exigua.
Sin sorpresas en el frente
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional hace 30 años era un movimiento subversivo fundado desde noviembre de 1983, cuya presencia en Chiapas conocían los gobiernos de México y Estados Unidos al menos desde 1993, así lo revelan varios cables de la CIA fechados en mayo de este último año.
De hecho, un informe de inteligencia que no ha sido del todo desclasificado da cuenta del “curioso, pero predecible, silencio” del secretario de la Defensa Nacional, Antonio Riviello Bazán, sobre las operaciones militares realizadas “en contra de posibles guerrillas en Chiapas”.
“El militar solo ha admitido públicamente leves bajas y la realización de proyectos de acción cívica en la región”, asegura el cable antes de añadir que un soldado del 83 batallón de infantería del Ejército mexicano perdió la vida en un ataque que habrían realizado los guerrilleros el 22 de mayo de 1993.
Aunque en ese momento no fue admitido por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la CIA ya tenía detalles sobre la presencia guerrillera en territorio chiapaneco siete meses antes del 1 de enero de 1994. En específico, contaba con información proporcionada por ganaderos y por integrantes de la Alianza Campesina Independiente Emiliano Zapata (ANCIEZ).
“Agricultores comunales locales han sido vistos con las guerrillas– Un representante de la asociación ganadera local declaró que (entre) 70-140 guerrilleros estaban entrenando a miembros de la Alianza Nacional Independiente (ANCIEZ) en esta área”, apunta el documento.
Bombardeos desde 1993
Los combates entre el EZLN y el Ejército incluyeron, de parte de los militares mexicanos, el bombardeo con rockets “de tipo indeterminado” en los municipios tomados por los guerrilleros, detalla otro cable fechado el 1 de enero de 1994, en el que además se identifica -al que a la postre resultó ser el subcomandante Marcos- como “un alto centroamericano esbelto de ojos verdes”.
Periodistas que acudieron a cubrir el levantamiento armado fueron testigos de esos bombardeos, que luego fueron duramente criticados por ciudadanos y Organizaciones No Gubernamentales de nuestro país.
De hecho, el uso de bombas en contra de la guerrilla ya se había registrado desde octubre de 1993, a decir de un puntual informe de la CIA que contiene la hora exacta en la que helicópteros de la Sedena bombardearon un área alrededor de Ocosingo.
Incompetencia y secrecía
En buena parte de todos estos reportes, la CIA dice sin tapujos que el levantamiento del EZLN expuso al descrédito internacional al presidente Carlos Salinas de Gortari, quien esperaba pasar a la historia como el gran reformador de México, artífice del Tratado de Libre Comercio de América del Norte que llevaría al país a la modernidad.
La Agencia estadounidense, al evaluar al Ejército mexicano, considera que este mostraba hace 30 años incompetencia y falta de preparación para enfrentar a los guerrilleros, pues el personal castrense no tenía entrenamiento en el área de contrainsurgencia.
Los cables desclasificados, incluso aquellos que aún tienen párrafos enteros en los que se omite información, muestran que Estados Unidos conocía con detalle, meses antes de la irrupción pública de la guerrilla, que en Chiapas se estaban gestando actividades subversivas que el gobierno mexicano pretendía mantener en secreto.
Hoy, el EZLN ya no es una amenaza en términos militares, sino un movimiento social que, desde aquel 1 de enero de 1994, se convirtió en un problema político que han heredado cinco presidentes de la República, y ninguno ha logrado su solución.
Fuente: altonivel.com.mx