Denuncia el Pueblo Creyente, “la corrupción política, el tráfico de influencias, la impunidad, el tráfico de migrantes y la militarización de los pueblos”.
Más de tres mil católicos de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, la mayoría indígenas tzotziles y tzeltales, recordaron este martes con una peregrinación y una misa al obispo Samuel Ruiz García, a 11 años de su muerte.
Los católicos realizaron una peregrinación por las calles de la ciudad, hasta llegar al centro, donde el obispo auxiliar, Luis Manuel López Alfaro, celebró una misa, a la que asistieron varios sacerdotes y religiosas que trabajaron con Ruiz García.
“La tierra no se vende, se ama y se defiende”, “no a la privatización del agua”, “fuera mineras de Chiapas”, “no más desplazamientos forzados”, “no más alcoholismo en nuestro pueblo” y “alto al hostigamiento en contra del padre Marcelo”, Pérez Pérez, corearon durante más de una hora de caminata.
La agrupación Pueblo Creyente, organizadora de las actividades para conmemorar los 11 años del fallecimiento del llamado jTatic (padre) Samuel y de los 62 años de su consagración episcopal, se manifestó en contra de los megaproyectos.
Denunciaron “los atropellos e injusticias que viven nuestros pueblos y comunidades, sobre todo la inseguridad, la violencia y la disputa territorial provocada por el crimen organizado, ante las cuales las autoridades de los tres niveles de gobierno se ven rebasadas, permisivas y coludidas por el sistema de control que ejerce en el territorio nacional”.
Rechazaron “la corrupción política, el tráfico de influencias, la impunidad, el tráfico de migrantes y la militarización de los pueblos”.
Antes de que comenzara la misa a un costado de la catedral, que no ha sido reabierta desde el sismo del 7 de septiembre de 2017, el Pueblo Creyente señaló que “la pandemia ha traído como consecuencias en nuestro país el alza de precio de la canasta básica, del gas L.P., de la gasolina y otros servicios indispensables. Subió el precio del pasaje a las comunidades lo cual aumenta el precio de los productos del campo”.
Afirmaron que “el sistema neoliberal busca el control del territorio y los recursos, a toda costa, con tal de obtener la máxima ganancia. Seguimos observando la tala inmoderada de árboles y el tráfico de los mismos, sin que las autoridades correspondientes hagan algo”
“Como Pueblo Creyente hemos mantenido nuestra convicción de respeto a la madre tierra y la defensa de tierra y territorio, pero cada vez se nos dificulta hacer conciencia de esto en nuestras comunidades, pero seguiremos firmes en hacerlo”.
Denunciaron que en sus comunidades “se ha evidenciado más en este último año la desaparición de personas, niñas, niños, hombres y mujeres de diferentes edades, pero por el miedo a represalias y el no ejercicio del estado de derecho la gente no denuncia”, además de que “también se provoca la lucha de poderes de organizaciones manipuladas por partidos políticos, caciquismo y empresariado”.
Luego de comprometerse como agrupación “a corresponsabilizarnos en la búsqueda de la seguridad comunitaria”, el pueblo Creyente hizo “un llamado sin importar su credo religioso, a reconocer la importancia de la vida comunitaria, que nos heredaron nuestros abuelos y nuestras abuelas, comprometernos y organizarnos para la defensa de la vida en nuestros pueblos, buscando recuperar nuestros valores y el camino de fe que Dios nos señala para vivir en un mundo de hermanos y hermanas”.
En su homilía, el obispo Luis Manuel López Alfaro refirió que “hace 62 años llegó a esta tierra jTatic Samuel y caminó con nuestros pueblos durante 40 años. Hace 11 años caminó hacia la casa del Padre y hoy como Pueblo Creyente nos unimos para seguir caminando como él caminó: sembrando paz, justicia y esperanzas en nuestros pueblos”.
El sacerdote tsotsil, Marcelo Pérez Pérez, declaró que el mayor legado de Ruiz García “es que el pueblo camine, pero en un amplio sentido; que busque y construya la paz, busque su liberación, que sea sujeto en la evangelización y en la construcción de su historia”.
Consideró que sus frutos son que “se ve claramente que un obispo pasó por acá; se ve en las comunidades, en el corazón de los hermanas y hermanos. Cuando expresan su palabra allí está muy presente don Samuel”.
Emilio Lemus Gómez, diácono permanente de habla tzeltal, ordenado en 1994 por Ruiz García, opinó que “el mejor trabajo que hizo el Jtatic es que entró en las comunidades a predicar la palabra de Dios y que estuviéramos unidos en nuestros pueblos”.